Isabel de Baviera, la princesa influencer

Los influencers triunfan en Instagram, TikTok, Youtube, Twitter. Pero, ¿siempre se necesitó de una plataforma digital para que éstas personas tengan visibilidad? ¿Los influencers nacieron en el siglo XXI?

Es tal el avance de redes sociales, que basta con que una persona influyente marque una tendencia (ya sea de ropa o accesorios), para que este ítem comience a replicarse en vidrieras de locales de moda, fotos en Instagram, pasarelas, televisión y que, de esta manera, todos comencemos a sentir la necesidad de comprarlo, usarlo, lucirlo.

Los brillos por debajo de los ojos que impuso la cantante argentina Emilia Mernes, o la ropa con estampas y colores pertenecientes a la temática automovilística que trajo a la escena Julieta Poggio, la ex participante de Gran Hermano, o el furor del tiro bajo, causado por la pop star Britney Spears en los 2000, son sólo algunos de los ejemplos que podemos citar.

Pero, ¿los influencers aparecieron junto con las redes sociales? ¿Son consecuencia uno del otro? La respuesta es que no. Los influencers existieron siempre, desde tiempos en que ni siquiera existía el Internet, los smartphones o incluso la televisión.

Nos remontamos al siglo XIX, allí donde vivió una de las primeras It Girls del momento. Estamos hablando de Isabel de Baviera, mejor conocida como Sissi, la emperatriz austriaca que marcó tendencia.

Sissi poseía muchas manías que envolvían a su persona y le otorgaban esas características tan peculiares que la convirtieron en lo que fue. Su obsesión con la delgadez extrema y el entrenamiento físico al límite hicieron que se pongan de moda los cuerpos delgados y atléticos, que hasta ese momento no eran vistos como algo bello, sino como algo completamente desfavorecedor, dado que se relacionaba con la mala alimentación propia de las clases sociales más bajas.

De la mano del diseñador de alta costura Charles Frederick Worth, impuso los vestidos con pedrerías, apliques y dibujos. Perlas, estampas doradas y estrellas trazadas a mano fueron sólo algunos de los elementos que decoraron sus vestidos, alineados bajo la estructura propia de la moda del Romanticismo, movimiento que estaba llegando a su etapa final.

También supo poner de moda la tendencia Off the shoulder o lo que hoy conocemos como escote bardo o Bardot, el cual es un corte que deja al descubierto los hombros y que fue motivo de escándalo en la época de la princesa Sissi al tratarse de una abertura muy atrevida y osada para la sociedad del momento.

La emperatriz supo trascender todas las reglas y trasvasar todos los límites, lo cual inspiró a cientos de mujeres que seguían de cerca sus pasos. No se necesitaron redes sociales ni programas de televisión para que la moda impuesta por Sissi se replicara en miles y millones de admiradoras que querían estar a la moda.

Y la moda era Sissi. Ella decidía de qué se hablaba y qué se usaba. Algo parecido a lo que sucede hoy en día.

Las tendencias cambian, se renuevan y vuelven a aparecer recicladas, mientras los consumidores finales contemplamos todo, ignorando el hecho de que todo el proceso parte de una profunda globalización fomentada por redes sociales y medios de comunicación.

A fin de cuentas, sólo necesitamos de una persona con ganas de mostrarse y espectadores dispuestos a darle la atención necesaria para que las tendencias empiecen a surgir.

Y para vos, ¿quién es la Sissi de nuestra época?