Sarah Burton abandona la firma de lujo McQueen: su legado en el mundo de la moda

La reconocida directora creativa de la marca de lujo Alexander McQueen, abandona la firma tras 26 años de trabajo. Su desfile final y a modo de despedida será el 30 de septiembre en el marco de la Fashion Week parisina.

Así lo anunciaba el grupo Kering hace unos días: Burton se despide para siempre de la casa de lujo McQueen. La misma Sarah no dio explicaciones aún, pero su salida podría estar relacionada con la necesidad de un cambio de dirección para poder repuntar las ventas.

La marca McQueen tuvo muy buenas ventas los últimos años, pero fue superada por sus competidores. Por su parte, el público comenzó a sospechar de la salida de Sarah cuando Gianfilippo Testa fue nombrado CEO de la marca.

Mientras tanto, el grupo Kering (al cual está asociado la maison McQueen), en el comunicado aseguró que Sarah "ha llevado a la casa de moda británica a nuevas alturas gracias a su excepcional visión y creatividad".

"Nos gustaría expresar nuestra inmensa gratitud a Sarah por escribir un capítulo tan importante en la historia de la casa Alexander McQueen", resaltó Gianfilippo Testa, director ejecutivo de Alexander McQueen.

Los inicios y mejores años de Sarah

Burton ingresó como becaria en la marca en el año 1996, para luego ascender a jefa de diseño de la colección femenina. Fue en el año 2010, luego del fallecimiento de Alexander McQueen, cuando Burton fue nombrada directora creativa.

Desde entonces, forjó un lazo con McQueen que la llevó a realizar los más espectaculares diseños de la industria. Sarah vistió a las máximas figuras Hollywoodenses de nuestra época, como Cate Blanchett y Anya Taylor Joy. Pero, sin dudas su clienta más fiel fue Kate Middleton, la princesa de Gales.

Incontables fueron los diseños confeccionados para Kate, desde sobrios hasta looks más atrevidos para lucir en alfombras rojas. Pero definitivamente, uno de los trabajos más reconocidos de la carrera de Sarah, fue el vestido de novia que diseñó para la princesa para la boda real con el príncipe William en el 2011.

La pieza nupcial diseñada por Sarah está actualmente valorada en 250.000 libras. El vestido está confeccionado en seda, organza y encaje de color marfil.

Con un increíble corpiño estilo victoriano, una cola de 3 metros de longitud y una falda con mucho volumen, este diseño pasó a ser el sueño de todas las novias. El corset lleva bordado las flores más representativas del reino: la rosa, el cardo, el narciso y el trébol. De la falda nace la impresionante cola de 3 metros que mencionamos anteriormente, con bordados de flores y encaje.

Es así como esta creación ha trascendido a lo largo de los años hasta llegar a ser comparada con el vestido nupcial de Grace Kelly, diseñado por Christian Dior en el año 1956.

En definitiva, Sarah Burton deja tras de sí un legado infinito, ya que supo otorgarle a la maison todo el honor y prestigio que pudo conseguir.

"Quiero agradecer a François-Henri Pinault por creer en mí y ofrecerme esta increíble oportunidad. Sobre todo, quiero agradecer a Lee Alexander McQueen. Él me enseñó mucho y le estaré eternamente agradecida. Espero con ansias el futuro y mi próximo capítulo y siempre llevaré este preciado tiempo conmigo", se despedía emocionada la diseñadora.